lunes, 1 de noviembre de 2010

Seguridad pública y reforma policial en las Américas: ¿Progreso o retroceso en las respuestas gubernamentales y sociales?

John Bailey
Lucía Diammert
(Resumen)

El propósito de la lectura es analizar, mediante los estudios de caso de Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, México y Estados Unidos, la aplicación de diversas políticas públicas encaminadas a mejorar los sistemas de seguridad pública y a reformar a las policías.  El éxito o fracaso, o bien la aceptación o rechazo de dichas políticas públicas,  ponen de manifiesto diversos elementos a considerar:  

a)    La seguridad pública y la reforma policial son procesos esencialmente políticos en múltiples sentidos. ,  En un contexto democrático,  la opinión de los ciudadanos se convierte en factor determinante.  Por ejemplo, los autores mencionan que diversos sondeos de opinión ubican al tema de la seguridad pública entre las tres principales preocupaciones del ciudadano de AL; además de que el latinoamericano tiene una percepción negativa con respecto a las policías y a los sistemas judiciales en general.

b)    La política también se trata de poder, de cómo éste se distribuye y a quién beneficia. Lo anterior, resulta de particular importancia porque la seguridad es un bien público del cual toda la sociedad debe resultar beneficiada. En el caso de AL, resulta evidente que los grupos de interés ejercen presión y logran influenciar, directa o indirectamente, la formulación de las políticas públicas en materia de seguridad.

c)    La política involucra el conflicto partidista, lo que a su vez involucra a la burocracia y a la administración pública.

d)    La política trata de imágenes y símbolos: en materia de seguridad pública, los gobiernos, ante la incapacidad y poca capacidad de respuesta para proveer seguridad de calidad, han ofrecido al ciudadano una certeza simbólica. El simbolismo surte efecto en el corto plazo y puede dotar a los gobiernos del tiempo que requieren para lograr reformas sustanciales.

e)    Las mejoras duraderas  de los sistemas de seguridad pública y de las policías son a largo plazo.

De la aplicación de las políticas públicas en materia de seguridad y reforma policial en los países arriba mencionados, se desprenden varias lecciones:

1.    Los gobiernos requieren de información precisa, confiable y útil.  La escasez de información oportuna y útil repercute en la ejecución de las políticas públicas, especialmente en las policiales.  Lamentablemente, este ha sido un rasgo distintivo de AL, toda vez que los gobiernos  operan en medio de información incompleta y distorsionada. La desinformación produce miedo en la sociedad y ésta puede ser fácilmente manipulada para apoyar políticas públicas de mano dura en contra del crimen, lo que, en un contexto latinoamericano, puede propiciar violaciones a derechos humanos.

2.    Existe una brecha que separa el conocimiento de las políticas públicas, entre las “formas de conocer” y las “formas de actuar”. El conocimiento de las ciencias sociales no necesariamente se traduce en un conocimiento útil para la elaboración y diseño de políticas públicas adecuadas. Esta brecha ha dado lugar a la importación de ideas y experiencias de otros países, lo que ha sido una práctica recurrente en AL no siempre con resultados positivos. En este sentido, para que un modelo extranjero sea útil en otro contexto, es necesario que se ajuste a las circunstancias locales. Dicho ajuste tiene lugar cuando las condiciones locales son descritas con precisión mediante datos y metodologías adecuadas para tal efecto.

3.    La reforma de la seguridad pública es un proceso interdependiente, principalmente con la administración de justicia, en donde varios actores están involucrados: gobierno, sociedad civil y el sistema internacional. Las fases que componen este proceso son: prevención del crimen, investigación y consignación, acción judicial, sanción y rehabilitación-reintegración.  En el caso de la prevención, es importante señalar que funciona mejor cuando la ciudadanía muestra una cultura cívica participativa.

4.    Cualquier reforma de seguridad debe interpretarse como un todo, en donde las partes necesitan atenderse simultáneamente dentro de un marco de planeación. Los autores definen la planeación como “un sistema más o menos coherente de objetivos de políticas mesurables relacionados con una estrategia de implementación que conecta actividades específicas con agencias, que vincula la estrategia y las agencias con la presupuestación y distribución de recursos proveyendo los indicadores de desempeño y los mecanismos de ajuste”. En el caso de AL, lo sautores no encontraron esfuerzos serios de planeación y, de los que se tiene cuenta, no han derivado en mejores prácticas. 

5.         La coordinación entre las agencias públicas involucradas en el tema de la seguridad es
            fundamental, pero difícil de alcanzar en el marco de sistemas federales o unitarios.

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