lunes, 25 de octubre de 2010

Terrorismo y medios de comunicación

Introducción.
Los medios de comunicación, al igual que todo el mundo, fueron sorprendidos por los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2001. El atentado al World Trade Center, en Nueva York, significó un parteaguas en el manejo y cobertura de los actos terroristas por parte de los medios de comunicación masiva a nivel mundial. Significó, de igual manera, un antes y un después en la interpretación y percepción del ciudadano común y corriente sobre los alcances e implicaciones del terrorismo. Puso en evidencia, también, que, aún en las situaciones más complejas, inverosímiles y por demás imprevistas, la información debe ser correcta, precisa y transmitida con cautela, a fin de que permita al espectador formar su propio criterio con base en la objetividad y veracidad. En este sentido, el 11 de septiembre remarcó el supuesto de que los medios de comunicación deben asumir su responsabilidad frente al hecho de que la transparencia informativa se convierte en condición sine qua non para la supervivencia y fortalecimiento de toda sociedad democrática, toda vez que es "la premisa para que tenga sentido cualquier tipo de discusión y de decisión que resguarde el espacio público[1].”
En el caso de México, las imágenes del 11 de septiembre transmitidas por los medios electrónicos en tiempo real provocaron, tanto en los conductores de noticiarios y periodistas, así como en los propios televidentes, sentimientos de incredulidad y, de manera muy evidente, de incapacidad para explicar y contextualizar lo contundente de los hechos. La realidad rebasó con creces la capacidad de los medios de comunicación para informar veraz y objetivamente lo que sucedía; los corresponsales mostraron serios problemas de comunicación al momento de narrar los sucesos y claramente se observó un sentimentalismo basado en el ánimo del periodista. La sociedad mexicana experimentó miedo e incertidumbre, y los medios de comunicación contribuyeron a profundizarlos.
La forma como los medios de comunicación transmiten las noticias determina, en gran medida, la manera como el individuo, el ciudadano y la sociedad en su conjunto interpretan y forman su criterio con respecto a una noticia, un acontecimiento o un tema en general. De lo anterior se desprende la noción de la ética como valor central en su quehacer cotidiano, especialmente cuando enfrentan situaciones de inmediatez informativa como lo es la cobertura de un acto terrorista.
En este contexto, el presente trabajo pretende conocer la interpretación de un grupo determinado de la sociedad mexicana sobre el terrorismo y los medios de comunicación. Para tal efecto, la primera parte se centrará en la explicación teórica sobre la definición de terrorismo y sus causas, así como la relación entre éste y los medios de comunicación, a fin de que el lector cuente con las herramientas conceptuales necesarias para contextualizar los resultados de la investigación. Un segundo apartado explica la metodología que se utilizó para realizar el presente trabajo. El tercer apartado aglutina los resultados obtenidos y, por último, se presentan las conclusiones.
I.                    Marco Teórico.
Definir el terrorismo y sus causas no es una tarea fácil. Existe una marcada controversia entre las diversas definiciones existentes sobre el tema, toda vez que teóricos, académicos, políticos, organizaciones internacionales, los mismos actores y grupos terroristas, así como la opinión pública en general o el ciudadano común y corriente, han tratado de conceptualizar al terrorismo y considerar sus causas desde su perspectiva y propios fundamentos ideológicos[2]. Sin embargo, existen elementos comunes en todas estas definiciones que fueron aglutinados en la propuesta elaborada por el catedrático Alex P. Schmid, quien logró consensuar las diferentes visiones sobre el terrorismo[3]:
El terrorismo es un método productor de ansiedad basado en la acción violenta repetida empleada por individuos o grupos clandestinos o semi-clandestinos, o por actores del Estado, por razones idiosincráticas, políticas o criminales en el que — a diferencia del asesinato— los blancos directos de la violencia no son los objetivos principales. Las víctimas humanas inmediatas de la violencia son, generalmente, elegidas al azar (blancos de oportunidad) de una población objetivo y son usadas como generadoras de un mensaje. Los procesos de comunicación basados en la amenaza — y en la violencia — entre el terrorista (la organización terrorista), las víctimas puestas en peligro y los blancos principales son usados para manipular a las audiencias objetivo, convirtiéndolas en blanco de terror, blanco de demandas o blanco de atención, según lo que se busque primariamente: su intimidación, su coerción o la propaganda. 
De dicha definición se desprende que el terrorismo es una estrategia que no corresponde exclusivamente a motivaciones políticas, sino a causas mucho más complejas. El terrorista, en consecuencia, perpetra dichos actos con base en razonamientos igualmente complejos que no deben vincularse o encasillarse a ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico, ya que el terrorismo ha surgido tanto en democracias, como autocracias o en sociedades en transición, y ha sido utilizado por grupos grandes, pequeños, de diversa nacionalidad o grupo étnico, en países ricos, pobres o con economías emergentes.
Si bien no existe un consenso sobre las causas del terrorismo y lo que impulsa a un individuo a cometer un acto terrorista, sí existe una cierta unificación de criterios sobre una serie de condiciones que favorecen la propagación del terrorismo en distintas partes del mundo, a saber:  los conflictos prolongados sin resolver, la deshumanización de las víctimas del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, la ausencia del imperio de la ley, las infracciones de los derechos humanos, la discriminación por motivos étnicos, nacionales y religiosos, la exclusión política, la marginación socioeconómica y la falta de buena gobernanza…”[4]:
Los actos terroristas tienen por objetivo el uso o amenaza del uso de la violencia física o mental, con el fin de manipular a una audiencia (que puede ser una población determinada, un gobierno o una organización internacional, etc.) para lograr objetivos específicos. Dicha manipulación se logra mediante dos hechos: el primero, que es la realización o la amenaza de realización del acto terrorista; y, el segundo, mediante la publicidad masiva del propio acto terrorista y su reivindicación. De lo anterior se concluye, entonces, que existe una estrecha relación entre el acto terrorista y la forma a través de la cual dicho acto se hace público de manera masiva.
Posiblemente, la diferencia esencial entre cualquier acto criminal y el acto terrorista, dejando aparte las motivaciones políticas, se encuentra en que pocos delincuentes comunes requieren de publicidad para ver sus aspiraciones satisfechas, mientras que los terroristas exigen necesariamente esta propaganda para que sus fines se vean cumplidos al completo…en el hecho terrorista siempre existe esa exaltación de la autoría del crimen por parte del propio terrorista[5].
El hilo conductor entre el terrorismo y la publicidad masiva de los actos terroristas son los medios de comunicación. Estos últimos tienen la responsabilidad y compromiso ante la sociedad en su conjunto de informar veraz y oportunamente, así como objetiva y certeramente, sobre cualquier evento o situación de interés público: en este caso, el terrorismo es uno de alta prioridad. La información transparente, en tanto que resguardo del derecho a la información, se constituye, para tal efecto, como elemento sine qua non para el desarrollo y fortalecimiento de cualquier sociedad democrática. De ahí la importancia que los individuos estén veraz y oportunamente informados sobre cualquier evento de dicha naturaleza.
Los medios de comunicación y el terrorismo tienen un vínculo en ambos sentidos, es decir, ambas partes mantienen una relación un tanto cuanto simbiótica “ya que, si bien los terroristas encuentran en los medios el eco deseado para propagar su denominación o su propio mensaje, los terroristas proporcionan, a su vez, el espectáculo que los periodistas necesitan para satisfacer a la audiencia”[6] Paul Wilkinson, especialista en el tema, ha señalado que “cuanto más horribles los crímenes de los terroristas, mayores serán los titulares”[7] de la prensa escrita, así como los impactos en las audiencias de los medios electrónicos. Al final de cuentas, la violencia atrae, causa curiosidad, perturba, pero a la vez excita, por lo que la magnificencia de las imágenes escalofriantes y los relatos de un acto terrorista nutre esos aspectos inherentes al ser humano.  
De los argumentos anteriores se desprenden diversas consideraciones éticas en las estrategias empleadas por los medios de comunicación al momento de abordar el tema de terrorismo o un acto terrorista en concreto: ¿cuál es el interés de los medios de comunicación masiva: informar objetivamente, con conocimiento de causa y coadyuvar a un mejor entendimiento de la situación o, aprovechando los sucesos, determinar la mejor forma de maximizar las ganancias? ¿Erigirse como un medio de comunicación veraz, objetivo, que transmita y relate los sucesos sin sesgo alguno, con el objetivo de que la sociedad en su conjunto cuente con los elementos suficientes para formar su criterio; o, en otro sentido, captar mayores niveles de audiencia, ratings y, en consecuencia, ventas más rentables de tiempo aire para la publicidad?
Por ejemplo, en el caso de México, los medios de comunicación, específicamente en la cobertura de los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001, le apostaron  más a la imagen que a la explicación del contexto, más a la sensibilidad de la opinión pública que al análisis y reflexión de lo que estaba ocurriendo. La lucha por el rating se impuso en lo que la imagen podía vender y no en la abstracción de las ideas. Los medios de comunicación mexicanos:
no sólo mediatizaron el conflicto, ellos mismos fueron constructores de conflictos. Por un lado, los medios hicieron sentir a los mexicanos que el terrorismo estaba al otro lado de la frontera, a la vuelta de la esquina. La posibilidad de que algunos de los involucrados en los atentados se hubieran internado en territorio nacional provocó no sólo movilizaciones policíacas, sino un temor entre la ciudadanía nunca antes experimentado. Por otro lado, en el diario Milenio se publicó una nota sobre la vulnerabilidad de México a ataques terroristas, debido a su estratégica posición respecto a los Estados Unidos. Y para remarcarlo el diario cita una nota anterior del mes de julio, donde el Presidente de México, Vicente Fox, se comprometió a emprender una lucha frontal contra el terrorismo organizado, luego de haber detectado en el país la presencia de presuntos terroristas de la ETA.[8]
Por tal motivo, la forma como los medios de comunicación masiva transmiten las noticias determina, en gran medida, la manera como el individuo, el ciudadano y la sociedad en su conjunto forman su criterio con respecto a una noticia, un acontecimiento o un tema en general. De ahí la búsqueda de los diversos actores, en este caso de los terroristas, poderes de facto y de los propios Estados, para aprovechar su poder ineludible de manipulación de las masas.
                                                                                                         

II.                  Metodología del estudio
Con base en las consideraciones anteriores, esta investigación tiene por objetivo central conocer la interpretación general de un grupo delimitado de la sociedad mexicana con respecto al terrorismo y la forma como les medios de comunicación abordan el tema.  
Las preguntas de investigación que guiaron el presente trabajo son las siguientes:
·         ¿Cómo interpreta un sector de la sociedad mexicana el fenómeno del terrorismo?
·         ¿Cómo considera este grupo el manejo de la información por parte de los medios de comunicación sobre el terrorismo?
·         ¿Qué tan probable considera este grupo que células terroristas internacionales se encuentren en México?
·         ¿Qué tan factible considera el grupo que México sea objetivo de un ataque terrorista?
Para lograr lo anterior, esta investigación utilizó como recurso metodológico la realización de 33 entrevistas “cara-cara” a igual número de personas, a quienes se les aplicó verbalmente un cuestionario común. Cada uno de los entrevistados cubrió alguno de los siguientes perfiles y se estableció como parámetro general que pertenecieran a las clases media (nivel C)[9] o media alta (nivel C+)[10]:
  • Hombre o mujer de 30 a 39 años.
  • Hombre o mujer de 40 a 49 años.
  • Hombre o mujer de 50 a 59 años.

Las entrevistas fueron realizadas por los alumnos de la Materia de Métodos Cualitativos para la Investigación Social, que se cursa en el marco de la Maestría en Administración Pública  del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México. Las entrevistas se realizaron del 1 al 18 de abril de 2008 y la muestra se conformó de la siguiente manera:

Edad
Mujeres
Hombres
TOTAL
30-39
8
7
15
40-49
6
4
10
50-59
5
3
8
TOTAL
19
14
33


El cuestionario fue diseñado por el profesor de la materia, el Dr. Uriel Caballero. La estructura del cuestionario conllevó a que cada una de las respuestas arrojara datos que permitieran integrar los consensos o disensos de la muestra sobre cada tema. Para tal efecto, el cuestionario se integró con base en las siguientes premisas:
·         Causas que hacen que una persona se convierta en terrorista.
·         Uso del terrorismo como arma política.
·         Contenido de las noticias sobre terrorismo.
·         Tratamiento informativo de los medios de comunicación sobre el terrorismo.
·         Medio de comunicación con la mejor y peor cobertura del terrorismo.
·         Lucha contra el terrorismo por parte de los gobiernos.
·         Atentados terroristas.
·         Grupos o células terroristas internacionales en México.
·         Probabilidad de ataques terroristas en México.
Las entrevistas “cara a cara” permitieron un acercamiento personal con la muestra y fue posible observar las reacciones de los entrevistados ante cada una de las preguntas; además, facilitaron  recabar datos de primera mano sobre la interpretación de este grupo social respecto al tema objeto de estudio; finalmente, permitieron, también, conocer aquellos temas en donde se generaron los mayores consensos y aquellos donde hubo dispersión de interpretaciones.

III.                Resultados de las entrevistas.
Pregunta 1: ¿Cuáles son las causas que hacen que una persona se convierta en terrorista?
Los entrevistados mostraron, a pesar de la variedad de sus respuestas, un cierto consenso temático, toda vez que las causas que mencionaron se pueden agrupar en cuatro grandes rubros:
1.       Causas sociales: la interpretación global de los entrevistados se centró en dos causas principales: la influencia del entorno social y la  educación. En cuanto al entorno social, se observó una cierta tendencia de las mujeres a vincularlo con la influencia que ejerce el entorno familiar en tanto que primera célula social donde se desenvuelve cualquier individuo; por su parte, de las respuestas de los hombres se desprende una ligera tendencia a explicar las causas sociales desde el punto de vista de la inconformidad y descontento con el entorno social en general, la inadaptación del individuo a su contexto y las consecuencias de la desigualdad y marginación como detonantes de los problemas sociales. En relación con la educación, si bien no hubo respuestas que especificaran el tipo de educación a la cual se referían, se observó una ligera tendencia en considerar a la educación en el seno familiar como factor determinante en el desarrollo del individuo a través de la transmisión de valores. Un cierto número de entrevistados, mayoritariamente mujeres, coincidieron en que la falta de valores, sin especificar cuáles, constituía un elemento importante en las causas por las cuales un individuo comete actos terroristas.

2.       Causas políticas: si bien no es posible afirmar que hubo un consenso de los entrevistados, sí es pertinente señalar que varios de ellos concordaron en que las motivaciones ideológicas y las firmes convicciones políticas, así como la inconformidad y el descontento de los individuos con el sistema político o con los gobiernos en específico; se erigían como las principales causas que orillaban a una persona a convertirse en terrorista. Se observaron respuestas aisladas que consideraron al terrorismo como un medio alterno, aunque extremo, de expresar dichas inconformidades y de obtener la atención necesaria para canalizar las demandas.

3.       Causas económicas: las respuestas de los hombres fueron más homogéneas y se observó una tendencia en considerarlas como de las principales causas para que un individuo se convierta en terrorista. Entre ellas mencionaron a: la pobreza, la falta de desarrollo, las desigualdades económicas y sociales, así como la inconformidad de los individuos ante el sistema económico. En contraste, del grupo de las mujeres se observó una respuesta que consideró a la pobreza como causa.

4.       Causas culturales: tanto hombres como mujeres coincidieron fuertemente en que el factor religioso y el fanatismo se constituían como unas de las causas principales para que un individuo se convierta en terrorista. También se mencionó al odio, la ira y la violencia como detonadores potenciales en este proceso. Cabe señalar que no se observó una tendencia del grupo en vincular al terrorista y al terrorismo con una religión en específico.
Pregunta 2. ¿Qué piensas del uso del terrorismo como arma política?
Si bien la mayoría de los entrevistados desaprobaron abiertamente el uso del terrorismo como arma política, por considerarlo: incorrecto, extremo, violento, amenazante e indiferente a las consecuencias que puede tener sobre gente inocente; también lo consideraron como un método efectivo porque logra infundir miedo en la población y manipula a gobiernos y a la situación en general. Diversas personas coincidieron en que el terrorismo no puede considerarse un arma política porque la política significa diálogo, consenso y negociación. Hubo respuestas aisladas que señalaron al terrorismo como instrumento político de los propios gobiernos y de los grupos de poder.
Pregunta 3. Después de leer o ver una noticia cualquiera sobre terrorismo,  ¿recuerda el contenido de la misma? ¿Qué sobresale más de esos recuerdos?
Prácticamente, todos los entrevistados respondieron recordar el contenido de una noticia sobre terrorismo. Los recuerdos más constantes, tanto por grupo de edad como por género, se centraron en el número de muertos y heridos, la tragedia de la gente inocente, la violencia misma del atentado, así como las consecuencias y los daños en general. En contraste, una minoría refirió acordarse precisamente del lugar, fecha, personajes implicados y grupo que se atribuyó el atentado.
Se observó una cierta tendencia en las mujeres en señalar a sus recuerdos con base en las  imágenes gráficas y televisivas del atentado, e hicieron un mayor hincapié en recordar especialmente a la gente inocente que se vio afectada, a las víctimas y también a la violencia del suceso. Por su parte, de las respuestas de los hombres se puede inferir que el tipo de recuerdos depende, si bien también de las imágenes, más significativamente del manejo que le dieron los medios de comunicación a la nota, por ejemplo: refirieron que se acuerdan de la acción en concreto, del efecto inmediato, del daño ocasionado, de cómo reacciona la gente alrededor y también de la violencia del atentado.
No se observó que los entrevistados refirieran tener recuerdos específicos sobre las causas del acto terrorista, las motivaciones de los terroristas, ni tampoco sobre el contexto en general; más bien, el grupo recordó, prioritariamente, los efectos y las consecuencias del mismo.
Pregunta 4. ¿Consideras adecuado el tratamiento informativo que en general dan los medios al terrorismo? ¿Por qué?
El grupo mostró homogeneidad en sus respuestas y consideró, en términos generales, que el tratamiento informativo no es el adecuado debido a tres aspectos:
·         Razones de interés económico de los medios de comunicación, entre las que señalaron: lucha por el rating, la popularidad, utilización de la nota para vender las imágenes y la preponderancia de las cuestiones comerciales.
·         Razones relacionadas con los contenidos informativos de la nota, entre las que destacaron: preferencia por el amarillismo y la nota roja, la espectacularidad y la información tendenciosa.  

·         Razones relacionadas con el manejo informativo, en donde señalaron: poco profesionalismo de algunos medios de comunicación, manipulación de la información, sesgo informativo, deficiencia informativa o desinformación, así como la falta de análisis de la noticia.
De las respuestas de los entrevistados no se desprende ninguna tendencia clara del grupo en encasillar a un medio de comunicación en específico en cualquiera de los tres rubros arriba mencionados; de hecho, las respuestas fueron muy generales.
Pregunta 5. En tu opinión, ¿cuál es el medio de comunicación que cubre mejor el tema del terrorismo y por qué?
Se observó una cierta homogeneidad en las respuestas del grupo, lo que permitió establecer tendencias sobre el medio de comunicación que consideran cubre mejor el tema del terrorismo. Varias personas mencionaron a más de uno y priorizaron su respuesta; por lo que, con base estrictamente en el número de menciones de los entrevistados en su conjunto, la tendencia es la siguiente:
1.       En primer lugar, la prensa escrita, principalmente los periódicos.  Las razones por las cuales las personas consideraron a este medio como el que mejor cubre el tema del terrorismo estuvieron relacionadas con los siguientes calificativos: menos amarillismo, más objetivos, más analíticos, mayor investigación, mayor tiempo para elaborar la información, mayor seriedad y mayor profundidad. Una persona indicó específicamente qué tipo de periódicos situaba en este contexto y señaló a: El Clarín de Buenos Aires, El Espectador de Colombia y, de manera general, los periódicos ingleses, franceses y americanos.

2.       La televisión se situó en segundo lugar y las razones que las personas argumentaron  estuvieron relacionadas con la capacidad técnica y financiera de dicho medio para abordar la noticia, entre ellas: la posibilidad de ver la noticia en tiempo real, amplia cobertura de imágenes, ubicación de los corresponsales en todo el mundo y facilidad de hacer reportajes. Ninguna mención se relacionó estrictamente con el contenido de la información. Los canales de televisión o cadenas televisivas que se mencionaron son: CNN (por su experiencia), Canal 11 de México y Canal 40 de México (por su seriedad), noticieros televisa (porque tiene corresponsales en todo el mundo)  y Al-Jazeera (por su experiencia sobre el tema).

3.       En tercer lugar, tanto la radio como internet recibieron el menor número de menciones. Las personas que consideraron a la radio adujeron razones relacionadas con los contenidos informativos y el manejo de la información, por ejemplo: más descriptivo, más imparcial, mayor veracidad, eliminación de la percepción a través de las imágenes, información más directa, información en bruto. Por su parte, las menciones a Internet estuvieron más bien ligadas a la capacidad técnica de este medio para transmitir la noticia.  
Pregunta 6. ¿Cuál es el medio de comunicación que cubre más deficientemente el fenómeno del terrorismo y por qué?
Con base en la metodología aplicada en la pregunta anterior, la tendencia del grupo fue la siguiente:
1.       La televisión recibió el mayor número de menciones y las razones expuestas estuvieron relacionadas con el contenido de la noticia y manejo de la información, entre las que destacan: menos objetividad, mayor sesgo y tendencia en la información, preferencia por el amarillismo y la espectacularidad, deficiencia informativa y mayor peso de los  intereses de las cadenas televisivas. De manera aislada se mencionaron a las cadenas mexicanas Televisa y TV Azteca.

2.       En segundo lugar se situaron los periódicos y las razones estuvieron relacionadas en dos sentidos: a) limitaciones técnicas del medio para cubrir la noticia, entre las que se mencionaron: la dificultad del medio para dar mayor información y la tardanza en dar la noticia. Por otra parte, b) razones relativas a los contenidos de la nota: manipulación de los hechos, sesgo de la opinión pública mediante los editoriales y preferencia en cubrir noticias locales.

3.       En tercer lugar se situó a la radio y las razones que adujeron los entrevistados estuvieron prácticamente relacionadas en su totalidad con las limitaciones técnicas de este medio para cubrir una nota sobre terrorismo, las cuales fueron asumidas como desventajas frente a la capacidad técnica de los otros medios, por ejemplo: dificultad en visualizar el suceso porque no hay imágenes (fue la más mencionada), menor audiencia y limitación de recursos.
Pregunta 7. ¿Cómo crees que los gobiernos se están enfrentando al terrorismo?
Las respuestas del grupo pueden encasillarse en tres grandes rubros clasificados en orden de importancia según el número de menciones: de manera violenta, de manera deficiente y de manera adecuada.
1.       De manera violenta: se observó una tendencia del grupo en identificar como métodos violentos los siguientes: la utilización por parte de los gobiernos de más terrorismo, la invasión a otros países y las confrontaciones bélicas. Los gobiernos norteamericano e israelita, respectivamente, fueron identificados por un cierto número de entrevistados como gobiernos que utilizan métodos violentos para enfrentarse al terrorismo.

2.       De manera deficiente: en este rubro se consideraron las respuestas relacionados con: la inexistencia de un método adecuado para combatirlo (la más mencionada), el desinterés de los países para combatirlo, la inexistencia de una estrategia común internacional para enfrentarlo, la dificultad que conlleva la correlación de diversos intereses, desarrollo de acciones aisladas, la falta de recursos financieros, la falta de comprensión por parte de los gobiernos sobre las raíces y causas del terrorismo, y el hecho de que existen gobiernos que no tienen interés en enfrentarlo, sino más bien apoyarlo y utilizarlo.

3.       De manera adecuada: una minoría argumentó que los gobiernos lo estaban enfrentando adecuadamente y  que estaban haciendo un buen trabajo en términos generales.
Dentro de los métodos específicos empleados por los gobiernos que fueron identificados para enfrentar al terrorismo, los entrevistados identificaron a: la aplicación de medidas de seguridad que afectan a terceros, entre ellas las políticas migratorias (la más mencionada) y los controles estrictos en aduanas y aeropuertos; las campañas contra el terrorismo; así como el espionaje y los sistemas de seguridad e inteligencia.
Pregunta 8. ¿Cuáles son los atentados terroristas que más recuerdas?
Las respuestas pueden agruparse  en dos rubros generales:
a)       Atentados en específico: hubo un consenso generalizado del grupo en situar el ataque a las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, en 2001 (identificado como el 11 de septiembre), como el acto terrorista que más recuerdan; posteriormente, una mayoría citó el ataque a la estación de trenes de Atocha, en Madrid, en 2004 (conocido como el 11-M); una minoría recordó el ataque a diversos autobuses en Londres, en 2005 (conocido como el 7/7); finalmente, hubo respuestas aisladas sobre los siguientes atentados: Olimpiadas de Múnich, asesinato de Benazir Butho, en Paquistán, y el secuestro de un avión en Argelia.

b)       Países o regiones que han sufrido reiterados ataques terroristas: si bien las respuestas fueron dispersas sobre los ejemplos, los entrevistados mencionaron a: la situación en España y la ETA, así como los constantes atentados en Irak; una minoría del grupo de las mujeres mencionó la situación de Colombia y las FARC; y una minoría del grupo de los hombres mencionó la situación del conflicto árabe-israelí, así como la situación en Irlanda del Norte y el ERI. 

Cabe mencionar que se observaron respuestas aisladas que vincularon a México con los siguientes actos terroristas o que los consideraron como terroristas: la recién explosión en Avenida Chapultepec, el bombazo en Scotiabank al sur de la ciudad de México, la violencia en las ejecuciones del narcotráfico y se vinculó al EZLN en este contexto.


Pregunta 9. ¿Por qué recuerdas esos atentados en particular?
No fue posible observar una tendencia clara en las respuestas de los entrevistados, debido a que, en la pregunta anterior, varios de ellos refirieron recordar diversos ataques terroristas y sus respuestas a esta pregunta estuvieron: o relacionadas con razones mayoritariamente relativas al 11 de septiembre; o bien sus respuestas fueron específicas para dicho atentado pero generales para los demás que mencionaron. De tal suerte que, salvo para el caso del 11 de septiembre, no es posible establecer una correlación entre el ataque terrorista en específico que recordaron y las razones por las cuales lo recordaron.
Los entrevistados señalaron recordar el 11 de septiembre por: la amplia cobertura mediática que se le dio, la transmisión reiterada de imágenes en tiempo real, la magnitud del atentado, porque fue en Estados Unidos, por el número de muertos y heridos que causó, así como por las consecuencias políticas, económicas y sociales, tanto a nivel internacional como dentro de Estados Unidos.
En términos generales, los recuerdos de los entrevistados en relación con los atentados que refirieron  en la pregunta 9 se deben a: la cobertura mediática, las imágenes televisivas, al número de muertos y heridos que causó, por la violencia del suceso y por las implicaciones que tuvo. Hubo respuestas aisladas en donde se señaló que los recuerdan porque murió gente conocida o porque lo vivieron.
Pregunta 10. ¿Crees que en México hay un grupo o células terroristas internacionales y cuáles?
El grupo mostró un claro consenso en sus respuestas. La mayoría, tanto hombres como mujeres, asintieron categóricamente o consideraron altamente probable que células terroristas internacionales estuvieran en México o bien que hubiera relación de éstas con grupos guerrilleros o inconformes mexicanos. Se observó una tendencia en vincular específicamente a la ETA y las FARC como los grupos terroristas que probablemente tienen a miembros en activo, seguidores o simpatizantes en México. En relación con las FARC, una minoría vinculó a dicho grupo con la Universidad Nacional Autónoma de México, como resultado de los recientes acontecimientos sucedidos en Ecuador, en donde diversos estudiantes de dicha universidad se encontraban en un campamento clandestino de las FARC. Finalmente, diversas personas mencionaron que la probabilidad de que existan células terroristas en México se debía, principalmente, a la cercanía geográfica del país con Estados Unidos.
Pregunta 11. ¿Existen probabilidades de que en México ocurra un importante atentado terrorista?
El grupo mostró una fuerte tendencia en considerar poco probable que en México ocurra un atentado terrorista y las razones argumentadas se pueden dividir en dos rubros:
·         Razones relacionadas con el contexto interno, en donde los entrevistados señalaron que: no hay condiciones para que se dé un atentado de tal magnitud, no hay malicia o sentimientos de odio e ira lo suficientemente enraizados como para que se perpetre un atentado terrorista en el país o bien los gobiernos mexicanos son tendentes a negociar.

·         Razones relacionadas con el contexto externo, en donde los entrevistados señalaron que: México no es una potencia mundial (ni política ni económicamente), México es un país  neutral y de tradición pacifista, no hay intereses en dañar al país y México no representa una amenaza para nadie.
Una minoría consideró altamente probable que ocurra un atentado a gran escala en el país y las razones expuestas corresponden prioritariamente al contexto interno de México; por ejemplo, se señaló que: ya han habido atentados terroristas;  que existen grupos inconformes con la situación en general del país, como el EPR y el EZLN; que el gobierno ha mostrado ser incompetente para prevenir actos terroristas; y que el gobierno ha manifestado signos de arbitrariedad en ciertos asuntos. Finalmente, hubo menciones aisladas sobre el hecho que significa la cercanía geográfica con Estados Unidos.

Conclusiones.
De manera general y con base en la totalidad de las respuestas de la muestra, se puede establecer que la mayoría de los entrevistados no mostraron tener un conocimiento profundo y estructurado sobre el tema del terrorismo. De hecho, diversas respuestas fueron poco claras y denotaron cierta confusión y contradicciones. Sin embargo, es preciso reconocer que el terrorismo es un tema complejo y que la sociedad mexicana no ha estado expuesta, en términos estrictos, a actos terroristas de la magnitud como los relatados por los propios entrevistados. Por tal motivo, el  análisis y nivel de abstracción de la mayoría de los entrevistados pueden resultar más dispersos o menos fundamentados en comparación con los que pudieran tener, por ejemplo, individuos cuyas sociedades han sido víctimas o copartícipes del terrorismo.
En contraste, los entrevistados mostraron tener posturas más claras respecto a la cobertura informativa por parte de los medios de comunicación sobre el terrorismo. De lo anterior, se deduce que el grupo, en términos generales, tiende a informarse mediante noticieros televisivos, periódicos, radio o internet. En este sentido, es posible establecer que los entrevistados emitieron sus respuestas con base en la información suministrada por los medios arriba citados.

La interpretación global de este grupo de la sociedad mexicana sobre el terrorismo y los medios de comunicación es la siguiente:

·         Los entrevistados coincidieron en que existen diversas causas detonantes para que un individuo se convierta en terrorista; sin embargo, concordaron en que el factor religioso y el fanatismo se constituían entre las principales causas.
·         Desaprobaron abiertamente el uso del terrorismo como arma política, pero reconocieron que es un método altamente efectivo porque logra sus objetivos.
·         De las noticias sobre atentados terroristas, los recuerdos de los entrevistados se refirieron, prioritariamente, al número de muertos y heridos, a la tragedia en sí misma y a la violencia producto del atentado.
·         Consideraron, en términos generales, que el tratamiento informativo de los medios de comunicación sobre el terrorismo no es adecuado.
·         Ubicaron a la prensa escrita como el medio de comunicación que mejor cubre el tema del terrorismo. Por su parte, señalaron a la televisión como el medio que peor lo cubre. Ambas tendencias se establecieron con base en los calificativos del grupo en relación con los contenidos informativos y el manejo de la información.
·         Los atentados a las Torres Gemelas, en Nueva York, y a la estación de trenes de Atocha, en Madrid, fueron los actos terroristas que más recordaron los entrevistados. Las imágenes en tiempo real y la cobertura informativa fueron los factores detonantes de dichos recuerdos.
·         El grupo consideró altamente probable que células terroristas internacionales se encuentren en México, ya sea a través de miembros en activo, o bien a través de seguidores o simpatizantes.
·         Finalmente, el grupo mostró una fuerte tendencia en considerar poco probable que en México ocurra un atentado terrorista de grandes magnitudes.



Bibliografía.

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ONU.  Estrategia Mundial de las Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo.  Plan de acción anexo a  la Resolución aprobada por la Asamblea General, el 8 de septiembre de 2006, documento A/RES/60/288.


Raquel San Martín. La ética como identidad compartida, artículo 64, febrero 2004, año V, volumen 2, documento consultado en la página de internet http://www.saladeprensa.org.



[1] Bettetini, Gianfranco y Fumagalli, Armando  Lo que queda de los medios. Ideas para una ética de la comunicación. Argentina, Buenos Aires, Ediciones La Crujía, 2001, citado en  Raquel San Martín. La ética como identidad compartida, artículo 64, febrero 2004, año V, volumen 2, consultado en la página de internet http://www.saladeprensa.org, 7 de abril de 2008
[2] Ver Joseph S. Tuman. Communicating terror. The rhetorical dimensions of terrorism. USA, SAGE Publications, Pp. 1-15.
[3] Ver Alex P. Shmid. Political terrorism: A research guide to concepts, theories, data bases and literature. New Brunswick, NJ: transaction Press, 1983. P. 70.

[4] ONU.  Estrategia Mundial de las Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo.  Plan de acción anexo a  la Resolución aprobada por la Asamblea General, el 8 de septiembre de 2006, documento A/RES/60/288.

[5] Luis Veres. “Prensa, poder y terrorismo”, en Revue de Civilisation Contemporaine de l’Université de Bretagne Occidentale EUROPES/AMÉRIQUES, P. 1, documento consultado en la página de internet: http://www.univ-brest.fr/amnis/documents/Veres2004.pdf, 4 de abril de 2008
[6] Ibídem.
[7] Idem. P. 9.
[8] Felipe Gaytán/Juliana Fregoso. La banalidad en la tragedia terrorismo y medios de comunicación, en Revista Latinoamericana de Comunicación CHASI, marzo, número 077, Quito, Ecuador. P.2
[9] Con base en la clasificación del 2004 del Comité de Niveles Socioeconómicos de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercados y Opinión Pública, A.C., las características del nivel socioeconómico C son las siguientes: En este segmento se considera a las personas con ingresos o nivel de vida medio. Perfil Educativo del Jefe de Familia: El jefe de familia de estos hogares normalmente tiene un nivel educativo de preparatoria y algunas veces secundaria. Dentro de las ocupaciones del jefe de familia destacan pequeños comerciantes, empleados de gobierno, vendedores, maestros de escuela, técnico y obreros calificados. Perfil de Hogares: Los hogares de las personas que pertenecen al nivel C son casa o departamentos propios o rentados que cuentan en promedio con 4 habitaciones y 1 baño completo. Los hijos algunas veces llegan a realizar su educación básica (primaria/secundaria) en escuelas privadas, terminando la educación superior en escuelas públicas. Artículos que posee  Dos de cada tres hogares de clase C sólo posee al menos un automóvil, regularmente es para uso de toda la familia, compacto o austero, y no de modelo reciente; casi nunca está asegurado contra siniestros. Cuentan con algunas comodidades: 1 aparato telefónico, equipo modular, 2 televisores, y videocasetera. La mitad de los hogares tiene horno de microondas y uno de cada tres tiene televisión pagada y PC. Muy pocos cuentan con servidumbre de entrada por salida. Servicios: En cuanto a instrumentos bancarios, algunos poseen tarjetas de crédito nacionales y es poco común que usen tarjeta internacional. Diversión/Pasatiempos: Dentro de los principales pasatiempos destacan el cine, parques públicos y eventos musicales. Este segmento usa la televisión como pasatiempo y en promedio la ve diariamente por espacio de dos horas. Gustan de los géneros de telenovela, drama y programación cómica. Estas familias vacacionan en el interior del país, aproximadamente una vez por año van a lugares turísticos accesibles (poco lujosos).
[10] Por su parte, las características del nivel C+ son las siguientes: En este segmento se consideran a las personas con ingresos o nivel de vida ligeramente superior al medio. Perfil educativo del Jefe de Familia: La mayoría de los jefes de familia de estos hogares tiene un nivel educativo de licenciatura y en algunas ocasiones cuentan solamente con educación preparatoria. Destacan jefes de familia con algunas de las siguientes ocupaciones: empresarios de compañías pequeñas o medianas, gerentes o ejecutivos secundarios en empresas grandes o profesionistas independientes. Perfil del Hogar: Las viviendas de las personas que pertenecen al Nivel C+ son casas o departamentos propios que cuentan con 5 habitaciones o más, 1 ó 2 baños completos. Uno de cada cuatro hogares cuenta con servidumbre de planta o de entrada por salida. Los hijos son educados en primarias y secundarias particulares, y con grandes esfuerzos terminan su educación en universidades privadas caras o de alto reconocimiento.  Artículos que posee Casi todos los hogares poseen al menos un automóvil, aunque no tan lujoso como el de los adultos de nivel alto. Usualmente tiene un auto familiar y un compacto. Normalmente, sólo uno de los autos está asegurado contra siniestro. En su hogar tiene todas las comodidades y algunos lujos; al menos dos aparatos telefónicos, equipo modular, compact disc, dos televisores a color, videocasetera, horno de microondas, lavadora,  la mitad de ellos cuenta con inscripción a televisión pagada y PC. Uno de cada tres tiene aspiradora. En este nivel las amas de casa suelen tener gran variedad de aparatos electrodomésticos. Servicios: En cuanto a servicios bancarios, las personas de nivel C+ poseen un par de tarjetas de crédito, en su mayoría nacionales, aunque pueden tener una internacional. Diversiones/Pasatiempos: Las personas que pertenecen a este segmento asisten a clubes privados, siendo éstos un importante elemento de convivencia social. La televisión es también un pasatiempo y pasan en promedio poco menos de dos horas diarias viéndola. Vacacionan generalmente en el interior del país, y a lo más una vez al año salen al extranjero.

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